yo participo con “Volando hasta tu corazón” espero que os guste y lo disfrutéis. Gracias a todos.
No estaba delirando, era un precioso
pájaro posado en su ventana, exactamente
era un canario, su color amarillo
fluorescente, de alas blancas como la nieve. Luis, abrió la ventana para que el
visitante entrara, si le apetecía, el pajarillo entró, fue repasando toda la
parte alta del apartamento, desde la lámpara del salón a la repisa del
baño. Luis, dejó la ventana abierta, por
si el intruso deseaba marchar después de repasar e interrumpir su privacidad,
en realidad no quería que marchara, de cierta manera le gusto su compañía. A la mañana siguiente el joven salió para
comprar el pan, y comida especial para su acompañante de piso.
Pasaron unas semanas, Luis tenía que viajar por asunto de trabajo,
le preguntó al conserje si él conocía a alguien o algún lugar donde le cuidaran
de su mascota. El conserje le recomendó a la vecina del noveno, ella tenía
pájaros y quizás no le importara cuidárselo. El chico tocó en el timbre del
noveno, y abrió una bellísima muchacha. Luis se presentó, le dijo a la chica
que, venía de parte del conserje, explicándole el motivo de su visita. Celeste
le extendió su mano, diciéndole que gustosamente le cuidaría de su pájaro, los
pájaros eran su pasión. Celeste bajó con
Luis para recogerlo, cual sorpresa se llevó al ver al pájaro, era suyo, su
pájaro, el que se le había escapado por la ventana hacia unas semanas. Luis, no
sabía que decir, un poco enfadado por la situación, le había cogido cariño
aquel pajarillo.
Luis le dijo a la chica.
-Entró por mi ventana y se quedó voluntariamente, se la abría cada mañana, para que marchara cuando quisiera pero, el pájaro
prefirió quedarse en mi apartamento
antes que irse al tuyo-
Celeste se sonreía mientras
escuchaba al joven. Ella le dijo a Luis, que no se preocupara, compartirían a
ese lindo pajarillo, lo tendrían por temporada, o podía subir a visitarlo cada
vez que le apeteciera.
Pasaron los meses…, Luis y
Celeste compartieron pájaro, apartamento y amor.
Lola Barea.
¡MUCHAS GRACIAS GABY!