aunque me rodee ese oscuro pozo
con ganas de engullirme con gozo,
veo su presencia y me voy de allí.
Llega la noche con velo rugoso,
en suave brisa breve y engañosa,
queriendo seducir la mentirosa,
tomo descanso en un sueño glorioso.
Busco un lugar donde todo posible,
donde colgar lo malo de la vida,
sin huir de nada solo sea una ida,
y volver al lugar tan prescindible.
Visible ese final con su llegada
al cual le pataleo insistentemente
y gimiendo marchó él inconsciente,
vencí la muerte y la dejé colgada.
Lola Barea.