Jamás pensé en tan importante utensilio, ahora le echo mucho de menos, mucho.
Les cuento:
-Es de noche y me encuentro perdida en el bosque, entre árboles, matorrales, zarzas, charcos de lluvia, y, tengo
frio, cansancio, sueño, mucho sueño.
Veo un llano en medio de varios árboles, la tierra está despejada de
ramajes, un lugar perfecto para descansar.
He buscado ramas secas, con algunas he preparado una especie de
cama, con el resto para cubrirme.
Ha parado la lluvia, se fue el
frio, y he conseguido relajarme, a pesar
de mi situación.
Miro hacia el cielo, las nubes van
tan deprisa, que me confunden - no sé si
son ellas que se mueven o yo.
Escucho ruidos cerca de mí, puede ser algún conejo. Cojo una rama, y la
sacudo contra el tronco del árbol, a la vez que hago uso de mi voz para ahuyentar
al intruso visitante, (quizás la intrusa sea yo). De nuevo silencio.
Vuelvo a cubrirme con las ramas, y me concentro mirando al cielo. Ya se ven algunas
estrellas, eso hace que no sea tan negra la noche. Escucho como se acomodan
pájaros en los árboles, pero no tengo miedo de ellos.
Las ramas no sirven como almohada, están duras, frías, se clavan en todo mi cuerpo y me duele el
cuello.
Echo de menos mi blandita almohada, con su almohadón recién lavado, y
suave con el suavizante de marca blanca, oliendo a flores del bosque.
Lola Barea.
Código de registro: 1605087459155
Mira Lola, con el miedo que me dan los bichos, lo último que me preocuparía, sería la falta de almohada, una vez fuí de acampada y pasé toda la noche de pie dando vueltas, atenta a cualquier rudito, mientras todos los demás dormían, jajaja.
ResponderEliminarBesos
UN RELATO MUY VÍVIDO. ME GUSTA.
ResponderEliminarABRAZOS
Tal ves amiga le pusistes mucho sof a tu almohada y te hizo sentir el aroma del bosque, que buen relato casi me pude sentir en medio del bosque me recordó hace años que los perdimos por unas horas el un bosque.
ResponderEliminarAbrazos querida amiga que tengas un lindo comienzo de semana.
Es verdad que se echa de menos tener una buena almohada cuando estas en medio de la noche por un bosque, pero llega un momento que el cansancio te vence y te duermes.
ResponderEliminarBesos
Hola Lola!!!
ResponderEliminarA veces hay cosas que como las damos por hechas ni siquiera les damos importancia, sin embargo, cuando carecemos de ellas las echamos muchísimo de menos. Aunque yo no sé si podría siquiera tumbarme en el suelo del bosque, por la noche, solo pensarlo me entra un miedo terrible, claro que cuando el cansancio hace su aparición, supongo que una se olvida de todo e intenta reponerse.
Besitos
gracias por darnos tanta belleza de letras
ResponderEliminarYa ves mi querida Lola.
ResponderEliminarEso te pasa por irte al "CAÑAVERAL".
Muy buen relato, ahora a casita y disfrutar de tu almohada suave y blandita.
Duerme que yo, te acuno con un gran abrazo.
Ambar
Es un relato poético precioso precioso que solo una buena escritora como tú, sabe hacerlo. Enhorabuena, poeta.
ResponderEliminarTe dejo un beso, me gratitud y mi estima.
Se muy muy feliz.
Es un relato poético precioso precioso que solo una buena escritora como tú, sabe hacerlo. Enhorabuena, poeta.
ResponderEliminarTe dejo un beso, me gratitud y mi estima.
Se muy muy feliz.
hola Lola, preciosa entrada!
ResponderEliminarAmiga
Nos gustaría invitarte para el próximo "Los Desafíos del Faro", un evento que se inicia hoy, el día 18, en nuestro Farol.
Sería un placer para nosotros contar con tu presencia y participación en esta iniciativa que, al igual que las anteriores, promete ser animada y al mismo tiempo nos ayuda a acercarnos y fortalecer nuestros lazos de amistad.
Besos y abrazos de los amigos del Farol
QUE BONITO LOLA,,, A MI TAMBIEN ME DAN PANICO LOS BICHOS Y A PARTE QUE DUERMO CON 5 CABECERAS POR PROBLEMAS DE SALUD,,, ASÍ QUE , COMO PARA PERDERME POR EL BOSQUE , COMO CAPERUCITA ROJA ,,,, JAJJA,,,,UN ABRAZO PARA TI,,,,
ResponderEliminarA veces no nos damos cuenta de la importancia de las cosas por insignificantes que parezcan, como es el caso de una simple almohada. Muy bien escrito Lola. Un fuerte abrazo y buen fin de semana. @Pepe_Lasala
ResponderEliminarMuy atrevido...
ResponderEliminarUn Abrazo.
tus palabras impregnadas de romance encierran caminos a la magia del amor
ResponderEliminarLola, realmente, las cosas sencillas, cotidianas y del día a día son tan importantes que, a veces, de tanto usarlas se nos olvida que sin ellas nuestro mundo se derrumba. Este relato es una prueba de que nuestra almohada es una parte importante de nuestro descanso, de nuestra vida y de nuestros ensueños.
ResponderEliminarRelato para la reflexión y para dar gracias por tanto como tenemos, sin apenas ser conscientes.
Un cordial saludo.
Muchísimas gracias queridos amigos/as, por vuestra visita y comentario, gracias.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Lola Barea.