"Te debo una sonrisa"

***

La noche olía a tierra húmeda,
a besos y promesas,
cantaban los grillos.
La paz llegó primorosa
en un amanecer de ensueños...
y yo, seguía triste.

NO a la violencia: Machista" "Malas indigestiones”

Machista

No era  un hombre…,
es la misma muerte,
suele disfrazarse
con una máscara preciosa,
la suele usar cada vez
que sale a la calle.

Tiemblan los cuadros
Paredes blancas
se vuelven grises,
la luz de la casa, entristece,
cuelga su preciosa máscara
detrás de la oscura puerta,
puerta que impide 
que los de fuera escuchen,
y se descubra que no es
un hombre, es la muerte.

 

Tengo indigestión de tantas cosas,

mi corazón fatigado,
descoloridos mis ojos
buscan en lo oscuro un color vivo.

Mala indigestión de pobreza,

niños con hambre,
pueblos en guerras,
nauseas, muchas nauseas.

Quisiera poder vomitar

todo aquello
que hace daño,
lo que no deseo nombrarlo.

Tengo indigestión por culpa

de tanta violencia de género,
esos maltratos psicológicos,
esas mujeres muertas.

Indigestión por tantas cosas,

…el miedo es tan inmenso
cuando el mal está tan cerca.

“El nenúfar del cisne” (Fábula en verso)

“El nenúfar del cisne” (Fábula en verso)

Nadaba un cisne coqueto

en un lago de nenúfares,
tan blanco como glaciares
y erguido cuello de abeto.

Allí  nada le faltaba

su maíz por la mañana,
paraíso que gustaba,
de aire libre y sin ventana.

La rutina le hizo mella

aun teniendo lindas cosas
llegó a pincharles las rosas,
y sin ver brillar su estrella.

Un día sin previo aviso

le llevaron a otro lago,
de flamencos, y un galápago,
y no al baño sin permiso.

Empezó a sentir nostalgia

que le hizo reflexionar,

marchando a buscar su hogar.

Plumas rotas y lumbalgia.

Mil aventuras vividas;

en su camino de vuelta.

Saltó hasta en paracaídas

y alguna  pelea suelta.

Una vez llegado allí,
su vivir lo modifica
alegría e ilusión práctica,
en su oasis de alelí.

Moralejas: El hogar no crea la rutina, la crea quien vive en el hogar,

Y no olvidemos que, el problema no está en la rutina, el problema está en nosotros si no rompemos dicha rutina. Lo que más me gusta de esta fábula y su moraleja es: Recuperar lo que ya dábamos por perdido se disfruta y valora dos veces.

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